La tensión vital de cada día puede tornarse insoportable en un avance continuado. Al enfermo siempre le decían que iba bien, pero contestaba ¡Me muero de tanto mejorar! Algo así, frustrados, saturados de crispaciones y enfrentamientos.
Nos venden humo, pero disponemos del antídoto ideal, el mediador oportuno dentro de cada uno: ¡El BUEN TALANTE! No puede ser neutral. Ha de ser informado y valorado por el razonamiento. No se trata de ser bobalicón. Tampoco de fijar la mandíbula con una sonrisa arquitectónica. Se trata del arte de ensamblar las diversidades con:
ASOMBRO existencial de acercarse a la realidad, interesarse.
Exige un CONOCIMIENTO y por ello una mínima preparación.
Pero sobre todo requiere SENTIMIENTO de lo que pasa alrededor.
No se puede prescindir de la CORTESÍA RELACIONAL, ejercer de víbora parlante no es la mejor medicina para entablar mediaciones.
Y todo para llegar a un COMPROMISO y a una inauguración trascendente. Una buena ayuda médica, información periodística inmejorable, y así con todas las profesiones y quehaceres.
Es el talante de la EXCELENCIA requiere elaboración permanente y a ras de vida diaria. Si se queda en elucubración mental no pasa de porquería al uso.