Mindful eating, una alimentación consciente para cuidarse por dentro
- La alimentación consciente es una práctica arraigada en la filosofía más amplia de la atención plena, que enfatiza un enfoque intencional en los pensamientos, emociones y sensaciones del momento presente.
- La clave del autocuidado es llevar un estilo de vida más saludable, adquiriendo buenos hábitos y buscando un equilibrio entre nutrición, bienestar y ejercicio físico.
En un mundo donde la comida rápida y las comidas rápidas se han convertido en la norma, el Mindful eating o alimentación consciente emerge como un faro de esperanza para aquellos que buscan una relación más saludable y consciente con su comida.
Esta práctica no se trata meramente de desacelerar o masticar más a fondo; es una invitación a transformar cada comida en una oportunidad para la conciencia, el aprecio y la mejora de nuestra salud.
Practicar el Mindful eating esa una manera de mimarse y tener un gesto de amor propio, pues comer de esta forma consiste en ser conscientes de lo que se come y prestar atención a los nutrientes que el cuerpo necesita, comiendo de forma variada y de manera responsable.
Este concepto no entiende de dietas, defiende la necesidad de escuchar al organismo y responder a las sensaciones fisiológicas y emocionales, sabiendo detectar cuándo el cuerpo está saciado y ya no necesita más alimento.
Con el picoteo y las comidas precocinadas, tener una alimentación equilibrada se vuelve un desafío para muchos. Paula Sáiz de Bustamante, farmacéutica experta en nutrición, es una de las colaboradoras en la promoción de hábitos saludables de Juice Plus+.
Poniendo nuestros 5 sentidos a la hora de comer
El Mindful eating consiste en involucrar todos nuestros sentidos en el proceso de comer, desde la selección hasta el consumo de alimentos.
Nos permite tomar conciencia de las oportunidades positivas disponibles a través de la selección y preparación de alimentos respetando nuestra propia sabiduría interna.
Reconocer nuestras respuestas a los alimentos sin juzgarlas y tomar conciencia de las señales de nuestro cuerpo de hambre y saciedad para guiar nuestras decisiones a la hora de comer son aspectos vitales a la hora de llevar a cabo esta práctica.
Las personas que comen de manera consciente aceptan que no hay una manera correcta o incorrecta de comer, sino grados variables de conciencia en torno a la experiencia de la comida.
Reconocen sus experiencias alimenticias como únicas, dirigen su atención a comer en un momento tras otro y ganan conciencia de cómo pueden hacer elecciones que apoyen la salud y el bienestar.
Además, los practicantes del Mindful eating son conscientes de la interconexión entre la tierra, los seres vivos y las prácticas culturales, y entienden el impacto de sus elecciones alimenticias en estos sistemas.
La investigación respalda los beneficios de la alimentación consciente, con estudios que indican su potencial para reducir preocupaciones sobre la forma del cuerpo, disminuir la restricción dietética y menos comer compulsivamente entre adolescentes.
Aunque la el Mundful eating se ha mostrado prometedor de cara a fomentar comportamientos alimenticios más saludables y afrontar enfermedades como la obesidad y la diabetes tipo 2, es importante reconocer que no está destinada a reemplazar tratamientos médicos para condiciones clínicas severas como los trastornos alimenticios.
Las estrategias de alimentación consciente también son adaptables, ofreciendo a los individuos la flexibilidad de incorporarlas en su vida diaria de diversas maneras.
Ya sea programando tiempos de comida dedicados lejos del trabajo, cuestionando la verdadera naturaleza de su hambre, o saboreando alimentos reconfortantes más conscientemente, el Mindful eating fomenta un enfoque más reflexivo y gratificante hacia la comida.
Entender cómo funciona la mente y crear un espacio de calma interior
Por ello es importante salirse de la vorágine del día a día, abrazarse a uno mismo y darse pequeños (o grandes) placeres de autocuidado, así como disfrutar de la compañía propia y conocerse mejor.
Una herramienta efectiva para conseguir esto es también la meditación, esencial para tomar consciencia de los pensamientos y las emociones y construir una relación más profunda con uno mismo.
La meditación es la llave para vivir una vida más consciente y construir una mente más feliz y relajada. Basta con meditar 5 minutos al día para conseguir ese espacio de calma interior.
Según Raquel Febrer, colaboradora en la promoción de hábitos saludables de la campaña SHARING LOVE by Juice Plus+, “dedicar tiempo a comprender cómo funciona nuestra mente es clave para el bienestar, así como crear momentos en el día a día que nos aporten tranquilidad”.
Autoconocerse y respetarse a uno mismo para mejorar la autoestima
Otra muestra de autocuidado es dedicar tiempo a las pasiones personales. Invertir tiempo en un hobbie puede generar sentimientos de logro y satisfacción personal, impulsando la autoestima. No obstante, conviene marcarse objetivos realistas y ser coherentes, sin exigirse en exceso. Conocerse a uno mismo es clave para saber dónde establecer los límites.
La correcta gestión de las emociones y los pensamientos es esencial para evitar conflictos o enfrentamientos internos que se tienen con uno mismo.
Pilar Luque, colaboradora en la promoción de hábitos saludables de la campaña SHARING LOVE by Juice Plus+, destaca que “es crucial invertir tiempo en explorar y comprender quiénes somos, aceptándonos plenamente, como base para fortalecer nuestra autoestima”.