Cuando el desconcierto planea, la mejor estrella no deja de alumbrarnos.
Las respuestas desde la frivolidad…, no satisfacen.
Nos conviene atinar con los interrogantes…, y depende de nosotros:
Las cumbres nos contemplan
Y los abismos acechan.
A las cumbres me dirijo
Por senderos encrespados,
Y los abismos esquivo
Por trayectos escogidos.
Quizá desorientado,
Pero entusiasta,
Insisto en lo desconocido
Con la propuesta:
¿CUÁL es la PREGUNTA?