Hablar de la propiedad hoy en día es un tema poco menos que polémico. Después de la crisis de 2008 y la burbuja inmobiliaria, y ahora con el lento desplazamiento de la población urbana a zonas rurales, no deja de ser una gran amenaza la especulación del terreno y la manera de conseguirlo a través de una linda hipoteca que no sólo te esclaviza de por vida sino que, simbólicamente hablando, se convierte en tu sentencia de muerte. Hablemos de propiedad en sentido amplio.
INTRODUCCIÓN
Este es el cuarto artículo de la serie de Economía Sagrada donde intentaré resumir con mis propios palabras los 24 capítulos del libro de Charles Eisestein «Sacroeconomía». Así mismo, intercalaré a otro autores como Matías de Estefano y Emilio Carrillo.
Aviso: iré a mi ritmo. Si alguien quiere obtener una información más objetiva al respecto, recomiendo encarecidamente que se lea el libro. Que conste en acta que no recibo remuneración de ningún tipo por parte de este señor. Esto lo hago porque quiero, simplemente, con fe de que tendrá buena acogida y será útil a muchos de nosotr@s.
¿QUÉ ES LA ECONOMÍA SAGRADA?
La Economía Sagrada es un concepto antiguo y revolucionario al mismo tiempo, en el que se pretende, empezando por la palabra, devolverle al dinero la consciencia de sí mismo, su identidad, su verdadero propósito que no es más que servir de fisicalización de la energía de intercambio y gratitud. Como diría Matías de Estefano: “el dinero es la densificación de la energía de dar y recibir.
LA TIERRA NO PERTENECE A NADIE
La tierra, así como todo lo que la madre naturaleza provee como ríos, montañas… no pertenece a nadie.
Esto no es que lo diga Eisestein, es que basándonos en la lógica, en el sentido común y en la realidad original, es así, y así era aceptado y perfectamente entendido por las civilizaciones pasadas. En la antigüedad, las tierras, así como su uso y disfrute, eran propiedad de la comunidad y no de un sólo individuo o una sola familia.
Hoy en día, en países como Suecia, Irlanda y Escocia, se permite pasear, incluso acampar, en propiedad privada siempre que se haga un uso respetuoso del espacio.
Según Gesell, el hombre y la Tierra son uno. Cuando privatizamos la tierra es como si nos estuviéramos amputando un brazo. (La verdad es que yo personalmente lo siento así también.)
«¿Cuál sería el resultado en el mismo cielo si quienes llegaran primero instituyeran la propiedad privada en la superficie del cielo y la parcelaran como una propiedad absoluta entre ellos mismos, al igual que parcelamos la superficie de la Tierra?» Henry George
Fue en Roma donde se emitió la primera calificación de un terreno bajo el nombre de «dominium«, durante el imperio romano. Hubieron detractores entre ellos la Iglesia Cristiana, que más adelante terminó sucumbiendo a la tentación, uniéndose al poder imperial y acumulando propiedades ellos mismos. Estos fueron los orígenes de la idea de dinero como algo profano y pecaminoso.
Eisestein también menciona ejemplos como China e India. En Europa continental fueron la emancipación de los siervos y la Leyes de Cercamiento las que sentaron las bases de lo que sería una nueva forma de explotación de seres humanos a través de las rentas. Un siervo no podía ser desalojado de su tierra, pero un inquilino sí.
Se nos obliga a trabajar para seguir alimentando esa maquinaria. ¿Cuál es el origen de esa máquina que devora belleza y escupe dinero? Se pregunta Eisestein.
Según Emilio Carrillo, y yo estoy de acuerdo con él, no se trata de que todos tengamos derecho a trabajar, entendiéndose como que todos debemos tener la opción de encontrar un trabajo con el que pagar facturas. Sino que todos deberíamos tener acceso, tiempo y energía para encontrar aquello que nos apasiona y poder desempeñarlo profesionalmente y ponerlo al servicio de la sociedad.
«Si mi propia vida es un regalo, el fruto de mi trabajo también lo es.»
Entonces ¿por qué cobrar, verdad? Cobramos por nuestro tiempo, no por el servicio en sí. (Matías de Estefano)
EL TEMA DE LA DEUDA.
Nos vemos obligados a trabajar, endeudarnos de por vida para satisfacer necesidades básicas del día a día. Esto no tiene sentido, y sin embargo pocos lo cuestionan porque ha ido ocurriendo de manera progresiva, despacito, a fuego lento, y lo paradójico es que vamos tan acelerados que sería necesario un muro de hormigón para frenar del todo. (o un virus…)
Según Matías de Estefano, la deuda no es responsabilidad del deudor, sino del que ha prestado dicho dinero u objeto. Es éste último quien sale beneficiado puesto que perpetúa la dependencia.
LA PROPIEDAD PRIVADA NO ES EL PROBLEMA, SINO EL SÍNTOMA.
La propiedad privada en sí no es un problema, sino el reflejo de un conflicto más profundo: la desconexión con todo lo que es.
«Si la totalidad del mundo, la vida y la Tierra ya no forma parte de mí, al menos puedo compensar esa carencia apropiándome de ella.»
(Aunque no tiene nada que ver con el artículo, esta frase me lleve inevitablemente a pensar en las relaciones entre hombres y mujeres en un contexto de violencia de género. ¿No es acaso ese el comportamiento del perpetrador? )
«El ser separado quiere poseer»
Wilhem y Vaughan asocian el origen de la propiedad con el surgimiento de la sociedad patriarcal*.
OFRECIENDO ALTERNATIVAS.
Basándose en la tradición georgista, (Henry George), la cual aboga por enmendar el robo original y que distingue entre la propiedad en sí y el derecho de uso, Eisestein afirma no estar a favor de la abolición de la propiedad privada en sí, sino a favor de una reforma del sistema económico que:
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Desautorice los beneficios de poseer la tierra.
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Recompense a aquellos que saben cómo aprovecharla mejor (emprendedores).
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Preserve la propiedad privada sin ventajas injustas hacia los poseedores de dichas tierras.
*Gift giving as the female principle vs patriarchal capitalism (El obsequio como principio femenino vs el capitalismo patriarcal) de Genevieve Vaugham.
Este ha sido el resumen del cuarto capítulo del libro Sacroeconomía y no me puedo resistir a decir que efectivamente, este es un tema serio y al cual hay que encontrarle una solución ya. Lo que no puede ser es que un bien básico como es la vivienda se haya convertido en un bien de lujo y nadie se lo cuestione ni haga nada por cambiar este sistema que sólo beneficia a unos pocos. Paremos unos minutos a reflexionar en posibles soluciones, en reconectarnos con nuestro poder interno y creer que otro mundo, otro sistema, son posibles si pulsamos por ello entre todos. Es nuestro derecho original.
Paz y Amor.
SaraLJ.