Seguro que lo primero que te ha venido a la cabeza es ¿qué tiene que ver el COVID con la zona de confort? Pues yo te lo digo. La mayoría de la gente no ha salido nunca de ahí, siguen el sota, caballo y rey de la rutina, están inmersos en una falsa seguridad. ¿Qué importancia tiene esto? Para empezar por el principio hay que definir…
Qué es la zona de confort.
La zona de confort es aquel sitio en el que estás cómodo porque ya lo conoces, incluso aunque no te haga feliz. La Z.C. es aquel lugar que casa perfectamente con la popular frase «mejor mal conocido que bueno por conocer». Se dió a conocer en el terreno de la psicología pero es comunmente aplicado en el ámbito empresarial.
Sin embargo, no tenemos que irnos a un contexto de negocios para hacer uso de este concepto. Yo lo aplico en la vida diaria cuando quiero hablar de un modo de vida determinado.
En términos generales hay dos formas de vivir: según el modelo oficial y según los dictados de tu alma. Esto puede ir alternándose en algunos casos a lo largo de la vida.

¿Eres feliz en tu zona de confort?
Pondré un ejemplo. Algunas personas, por el motivo que sea, construye su vida entorno a unos patrones establecidos del tipo estudiar en la universidad, conseguir un trabajo fijo, comprarse una casa, comprarse un coche, casarse y tener una familia, viajar en verano, jubilarse a los 65, seguir viajando con el IMSERSO y en algún momento morir. Perfectamente legítimo.
Otras personas no lo tienen tan claro y van «dando tumbos» (según les consideran los que siguen la forma establecida) durante toda su vida. Quizás estudian y tienen uno u otro trabajo, pero no tienen casa en propiedad, ni coche, o sí, no tienen familia, o sí, pero no se sienten atados a nada ni a nadie como si esa opción de vida fuera la única y saben que, pese a lo duro que pueda llegar a tomar esa decisión, siempre pueden cambiar esa realidad. Se cuestionan las cosas y se preguntan en su interior si de verdad es eso lo que quieren.

Hacer cosas diferentes te ayudan a crecer y sentirte vivo, si te dan un poco de miedo es positivo.
Ese tipo de personas son las que toman más o menos riesgos y van probando cosas nuevas con cierta regularidad, viajan a sitios exóticos donde hay miles de viruses o enfermedades raras, carreteras peligrosas y circunstancias meteorológicas inestables. Después en su día a día se atreven a hacer cosas «raras», fuera de lo «normal», conocen gente diferente, hablan con los mendigos, tienen menos límiticiones a la hora de vivir la vida, están en la búsqueda de lo esencial, más o menos conscientemente de ello.
Ninguno es mejor o peor. Al final todo se trata del libre albedrío, cada uno puede hacer lo que quiera con su vida. Lo ideal es que seamos felices con esas vidas y podamos disfrutarla sin hacer daño a nadie. Pero siendo objetivos, los segundos van a experienciar una variedad de vivencias que van a moldear su psique de una manera diferente. Estas personas están saliendo constantemente de su zona de confort.
No me he explicado bien si os he hecho creer que sólo el que viaja es atrevido o sólo el que ha vivido en el extranjero ha salido de su zona de confort. No, no es así. Salir de la zona de confort es salir de la zona donde te sientes segura, en cualquier ámbito de tu vida, y poder redescubrirte, crecer y transformarte. Y sí, siempre da miedo, a veces pánico.
Pero ¿por qué es tan importante salir de la zona de confort de vez en cuando? Porque es ahí donde está el crecimiento.

El miedo es síntoma de que la magia está cerca.
¿Por qué es tan relevante el crecimiento? Porque es así que maduramos, nos hacemos adultos y es ahí donde encontramos nuestro poder interior, ¡que es enorme!
¿Y qué tiene qué ver con el COVID? Pues lo tiene que ver todo. Una persona que se ha atrevido con más o menos asiduidad a salir de su zona de confort, a desplegar voluntariamente una serie de experiencias vitales donde su equilibrio está en juego y aún así consigue dominar su miedo, va a ser más resiliente, va a ser más consciente y más poderoso a la hora de poder discernir ciertos sucesos de su realidad.
Para una persona que se haya enfrentado a un dragón será mucho más fácil matar una cucaracha.
Una persona que haya conseguido dominar sus miedos e inseguridades, va a sentir un menor impacto psicológico y emocional del COVID en su vida. Y voy más allá. ¿Y si el COVID ha venido para sacarnos de nuestra zona de confort? ¿Por qué hay que esperar que venga algo así para darnos cuenta de que hemos vivido en una burbuja todo este tiempo? Esa idea de protección ilusoria nos ha vuelto más vulnerables que nunca y nos ha alejado de nuestro poder personal.

Es más fácil dominar el miedo cuando es pequeñito a esperar que se haga más grande.
¿A qué estamos esperando para salir de la zona de confort y atrevernos a vivir la vida plenamente? Todos tenemos miedo alguna vez, en mayor o menor medida, pero si no los vencemos, ¿para qué hemos venido? ¿Para pasar la vida sin pena ni gloria? ¡Qué triste!
Para mí esto es un sacrilegio. La vida es un regalo inmenso y ciertamente se acaba. Incluso aunque creas en la reencarnación, esta vida de aquí y ahora en 2021 se acabará algún día y la siguiente no será la misma, ¡probablemente ni parecida! Tendríamos que estar exprimiéndola al máximo, dándonos patadas en el culo por encontrar el éxtasis y la ilusión. ¿Por qué nos damos cuenta de esto siempre demasiado tarde….?
Cada minuto que pasamos anestesiados, acobardados, cada puesta de sol que te pierdes, cada sonrisa que te guardas…un desprecio a la vida….no puede ser.
Hagas lo que hagas hazlo con valor y desde el corazón porque para vivir la vida hay que ser valiente y con amor es más fácil ser valiente.
Paz y Amor
SaraLJ