La vida comienza en un punto concreto y se va desarrollando a lo largo de un camino divergente. Muchas veces, en ese trasiego, van surgiendo miedos, dudas y ansiedad que imposibilitan nuestro crecimiento personal.
Aunque hay variables exógenas que no podemos controlar, podemos guiar nuestra vida siguiendo una serie de pautas movidas por una voluntad de hierro. Un desarrollo personal completo debe ser la base para conseguir una plenitud física, mental y emocional.
Define acciones y metas
Un plan pasa primero por una definición y una planificación en el espacio y en el tiempo. De nada sirve planificar si no establecemos objetivos a corto y medio plazo. Hay que ser realistas cuando hablamos de la consecución de nuestros objetivos.
Debemos tener en cuenta nuestras limitaciones y explotar y explorar nuestras virtudes. El camino hacia el autodescubrimiento es prácticamente infinito.
Pasaremos por trazar un plan donde se definirá una serie de objetivos ordenados por dificultad y tiempo necesario para completarlos. Los objetivos a largo plazo deben, a su vez, fraccionarse en pequeños objetivos, que resultan un incentivo para alcanzar esa meta final.
Aprende cosas nuevas
Al final todo no es más que un proceso de aprendizaje. Vivir con curiosidad insaciable nos mantiene vivos y nos enriquece a todos los niveles. Las nuevas tecnologías nos brindan grandes oportunidades para el desarrollo personal, soluciones adaptadas al ajetreo de la vida cotidiana.
Una buena idea, que expande horizontes y nos brinda una mayor proyección profesional, es aprender un idioma extranjero. En Internet se pueden encontrar muchas opciones, como los cursos de Babbel, para aprender inglés en línea, por ejemplo. En el mundo de hoy el conocimiento de un idioma extranjero será tu as en la manga para encontrar trabajo o avanzar en tu carrera profesional.
Cuida tu salud física y mental
“Mente sana y cuerpo sano” es la principal premisa para poder desarrollar nuestros objetivos. Mantenernos alejados de fuentes de estrés, o aprender a gestionar esas situaciones, en simbiosis con el ejercicio físico diario, nos bridará el arrojo suficiente para poder sortear cualquier obstáculo.
Basta con treinta minutos de ejercicio al día para mantenernos activos. Conjugar deporte y alimentación saludable, haciendo hincapié en la ingesta de vegetales, formará un cóctel ventajoso también para nuestra salud mental.
No tengas miedo a cometer errores
El ser humano yerra. Es una verdad que forma parte de nuestra médula espinal, de la que no podemos huir. Muchos de los problemas actuales existen porque hemos creado falsas expectativas.
No podemos hacerlo todo, no podemos hacerlo todo bien, pero lo importante es haber puesto suficiente empeño en algo. Fracasaremos, pero del fracaso acabaremos destilando el éxito. Los miedos infundados al fracaso nos meten en una vorágine destructiva que no conduce a una verdadera realización.
Lee y viaja más
El cerebro es una masa plástica. Leyendo moldeamos nuestro cerebro, potenciamos nuestras capacidades cognitivas y estimulamos la creatividad. Cuanto más leamos, menos nos costará asimilar conocimientos de forma exponencial.
Y viajar, como leer, nos libera. Conocer países extranjeros y nuevas culturas, o nuestro entorno más directo, nos mejora como personas y nos permite vivir experiencias fuera de lo común. Cualquier viaje nos enriquecerá y dejará un poso en nosotros que perdurará para siempre.
Aprende a respetarte y vive el momento
Respetarse a uno mismo para respetar a los demás, no maltratar nuestro cuerpo con excesos innecesarios, es fundamental para vivir una vida digna.
Vivir el momento no significa necesariamente movernos en el pensamiento cortoplacista, sino comprender verdaderamente su esencia, eliminar aquello que nos hace daño y respetar a nosotros mismos, a nuestros semejantes y a la naturaleza. La armonía vital puede constituirse siguiendo esta pequeña guía y tú también siéntete libre de adaptarla según tus necesidades.