La traducción es una tarea sobrecogedora, sus versiones ponen en contacto a las culturas y las gentes; en una aventura colosal, en un mundo infestado de divergencias. La convergencia de las expresiones constituye una EPOPEYA sin parangón.

Ustedes comprobarán la inmensidad de la tarea. Los ENIGMAS exigen versiones entendibles de sus arraigos profundos, las de nueva aparición proliferan, mientras el futuro añade ondas inaccesibles.

Tampoco vamos a ceñirnos a la interpretación de los mensajes procedentes de la lejanía, cuando en los alrededores crecen los MALENTENDIDOS; en una clara invitación a que pongamos en claro los asuntos inmediatos.

Ni las sencillas palabras parecen servirnos ante los niveles atosigantes de la INCOMPRENSIÓN. Ni decimos lo adecuado ni percibimos las mínimas consonancias, empeñados en los lenguajes díscolos y las evasiones mentales.

Sorprenden las discrepancias, cuando hemos demostrado la capacidad para el desciframiento de signos cabalísticos de lo más enrevesado. Entreveo la SOLUCIÓN y no de las más complicadas.

Dejemos de negligencias, emprendamos el enérgico desarrollo de las buenas versiones traductoras desde los múltiples mensajes al ACERVO COMÚN.