Que ustedes, muy leídos, saben mucho sobre el ESPACIO, es posible. Por mi parte, apenas atisbo algo desde las cuatro esquinas próximas, desde cuatro libros vetustos, desde los cuentos de la infancia. El espacio, ¡Ah! ¡Oh!
Las PARTÍCULAS juegan en lugares recónditos, menuda jerga organizan. Según se mire, actúan en habitáculos pequeños o ilimitados. Sus dimensiones reales, en gran parte resultan inabordables para los humanos.
Quizá somos muy PRESUMIDOS en las distancias cortas, esas del tropezón, de los empujones, de la soledad o los bulliciosos eventos. En cierto modo no paramos en los recorridos, es verdad, cabemos en muchos sitios, incluso de manera simultánea.
Sin embargo, a nivel de las GALAXIAS las cosas cambian, con tantas estrellas y planetas, ¡Quién sabe! Quieren hacernos creer lo que escapa de los conocimientos verdaderos, oscuridades y destellos de abolengos misteriosos.
A mi me parece espléndida la magia interrogativa de Eduardo Chillida. Qué clase de espacio hace posible los limites en el mundo del espíritu. Ningún sabio me quita el gozo de la carencia de respuestas rotundas al respecto. Ese RESQUICIO todavía lo tenemos a disposición de quienes estén interesados en acercarse.
Crédito fotografía: Lanpernas 3.0.