Estamos viviendo momentos convulsos en todo el mundo: el llamado «procés» de Cataluña, que esta noche ha dejado en la incertidumbre a más de uno; los terremotos que han asolado México y que hoy han sacudido también a Chile; los huracanes en el Caribe; la amenaza de Corea del Norte… ¿qué está pasando en el mundo?

Hay numerosas respuestas que tratan de contestar a esta pregunta, de todos los tipos, teorías y colores, pero la que yo me hago ahora es, ante este aparente caos mundial, nosotros a nivel individual, en nuestro entorno cercano, ¿qué podemos hacer?, ¿realmente podemos hacer algo? Y la respuesta que siento es: sí, y mucho.

En mi opinión, lo primero: mantener la calma. Ante la creciente convulsión, ahora, más que nunca, creo que es vital que mantengamos nuestro centro, que estemos cada uno de nosotros equilibrados y serenos, porque solamente desde esa serenidad, cordura, puede surgir el entendimiento de lo que sucede y sobre todo, el entendimiento mutuo, la empatía y el respeto a los demás, que nos permita reaccionar y ayudarnos mutuamente.

Del caos surge… la solidaridad

Un buen ejemplo de ello es lo que está sucediendo en México, donde los vecinos se han echado a la calle de forma masiva para ayudar a sus compatriotas, con gestos de solidaridad que están dando la vuelta al mundo.

En unas declaraciones a la BBC, la voluntaria en el derrumbe en Lindavista, al norte de la Ciudad de México, Maricarmen González explicaba: «las lágrimas se me salían sin parar, era muy conmovedor. En medio de la tremenda desgracia que estamos viviendo, emociona ver la forma en la que está reaccionando la gente».

El Universal de México sacaba hoy por ejemplo este impactante titular: «México sana sus heridas con solidaridad y unidad», pronunciado por su presidente, Enrique Peña Nieto, quien ha afirmado que «la solidaridad expresada por decenas de países y la llegada de brigadistas, víveres y equipo representaron un invaluable apoyo en momentos de dificultad. Estas muestras de amistad y cooperación quedarán grabadas en nuestra memoria».

Abordar el conflicto catalán desde el diálogo: una propuesta de la ciudadanía pacífica

Con ese entendimiento que mencionaba, creo que como sociedad podemos abordar problemas tan enquistados y complejos como puede ser el de Cataluña. Porque lo queramos ver o no, hay un problema, conflicto, que tarde o temprano, como país, sociedad y seres humanos tendremos que afrontar y resolver.

Respecto a este candente tema, la semana pasada publicamos en Cuentamealgobueno la iniciativa neutral y apolítica #Hablemos? – #Parlem?, que propone dejar a un lado las banderas, poner encima de la mesa una bandera neutral, la blanca y hablar, dialogar, con el fin de encontrar una solución al conflicto catalán.

Lo que inicialmente surgió desde la neutralidad de los ciudadanos, luego se ha politizado de cierta forma, achacándose a políticas «de izquierdas», sobre todo tras el tweet de Pablo Iglesias en el que alababa esta medida. En este sentido y en representación de Cuentamealgobueno, como medio neutral en cuanto a política se refiere, quiero desmarcar a nuestro medio de cualquier tipo de partido político.

¿Tarde para hablar? Yo creo que no, nunca es tarde si la dicha es buena, hablando se entiende la gente. Pero desde luego no es posible entendernos si no partimos individualmente de la serenidad y la cordura.

Una propuesta concreta: meditar constantemente por la paz

Desde Cuentamealgobueno hicimos hace unos años un llamamiento para la meditación constante por la paz, llamamiento que sigue vigente y al que, poco a poco, se van sumando más y más personas que desde el silencio de sus hogares dedican 15 minutos a meditar por la paz, cada día, cada semana, constantemente.

Reiteramos esta propuesta a la meditación constante, recogida y personal por la paz, para que nos elevemos espiritualmente cada uno de nosotros y poder así realmente construir juntos una sociedad mejor. Sinceramente creo que es posible, merece la pena intentarlo.

Es mi opinión y la comparto contigo, ¡gracias por escucharla!, ¿hablamos? 😉