Las TENDENCIAS humanas pasan de curiosas a intempestivas con enorme facilidad, sobre todo cuando llevadas de su propio ímpetu se convierten en excluyentes, terrible comienzo de los factores agresivos.
No me voy a extender en la enumeración de los sectores proclives a las posturas del odio excluyente; tienen de por sí mucha prensa, mucha audiencia, en una especie de regodeo estúpido.
La falta de homogeneidad social satisfactoria es un hecho, casi por definición; hemos de contar con ella a la hora de plantear unas ORIENTACIONES buscadoras de la excelencia convivencial.
Son los individuos, los pequeños grupos, las SEMILLAS capaces de generar oasis fascinantes; aunque los veamos remando contracorriente en demasiadas ocasiones, incluso fatigados y desdeñados.
Recibamos como se debe a estos grupos de la CONCORDIA, en torno a la música, la Naturaleza, la labor diaria, el amor…