Tengo una cierta amistad con los ríos, Bayas, Padrobaso, Bullentó, Irati; con sus trayectos y sus fuentes, desde sus nacimientos a sus orillas, desde sus cauces a sus terminaciones. Son muy expresivos.

Destaca su CONSTANCIA, poco afin a los calendarios artificiosos; compatible con el incesante espectáculo de su RENOVACIÓN. Ni los mismos mosquitos ni las mismas moléculas. Curiosa unión de dos cualidades dispares donde las haya.

Reflejan con escasas quejas los malos tratos de que son objeto; su EMPEÑO busca el aligeramiento de tales cargas, en una dedicación radical e insobornable.

Representan una armonía fascinante de sus componentes. Son DIALOGANTES con quienes se acerquen sin renuncias a sus características naturales, sin vetos ni renuncias artificiosas.

No siempre entiendo lo que me dicen, pero intento prestar atención a sus manifestaciones con mensajes de diverso calado. Uno sale reconfortado desde estas relaciones. Son mis amigos.