El té verde se ha hecho con un hueco en las despensas de los hogares y bares españoles y de todo el mundo: sus propiedades antioxidantes y depurativas lo han convertido en un sustitutivo del café para muchas personas —entre las que me incluyo 🙂 —.

Té verde. Foto: Craig Rohn.
Michael Luceña de Las Palmas, nos contaba en una entrevista que publicamos en 2011 en Cuentamealgobueno.com varios de sus beneficios, a los que ahora se añade otro que quizás pueda revolucionar la vida de muchas personas con Síndorme de Down: podría mejorar su memoria y su aprendizaje.
A esta conclusión se ha llegado tras un estudio realizado durante varios años por Down España, expertos del Centro de Regulación Genómica (CRG) y del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona.
En esta investigación, en la que han participado más de 100 personas con síndrome de Down, se ha estado evaluando durante cinco años si un compuesto presente en el té verde y que es conocido como epigalocatequina galato (EGCG) que estimula el razonamiento y la memoria de las personas con Síndrome de Down al normalizar la función de un gen llamado Dyrk1A.
Uno de los aspectos clave de la EGCG es su actividad antioxidante y el hecho de carecer de efectos secundarios. Han sido numerosas las investigaciones sobre los efectos positivos del té verde pero el valor de este estudio científico radica en ser el primero a nivel mundial que evalúa estos beneficios en las personas con Trisomía 21.
Tras el estudio se ha constatando una importante mejora en la plasticidad y regeneración neuronal, decisivas en la capacidad de computación del cerebro utilizando EGCG. A diferencia de otros tratamientos, el objetivo es potenciar procesos biológicos cruciales para el aprendizaje y la memoria.
Pilar Sanjuan, presidenta de Down Lleida, afirmo que su hijo, que participó en el estudio «entendió rápidamente lo que nunca nos había permitido enseñarle o no había interiorizado: las cosas que engordan, las que no, hasta donde puedo comer, como me autoregulo, como me controlo… y eso fue lo más espectacular de todo».
Lo bueno del descubrimiento, desde el punto de vista de la libertad de intereses lucrativos de las grandes farmacéuticas es que se trata de una sustancia presente en un producto natural y por tanto no se puede patentar; sí se ha comenzado a comercializar unos sobres a 22 euros la caja para sólo una semana.
Un verdadero hallazgo que para mejorar el potencial intelectual de las personas con síndrome de Down.
Más información en Down España.