Un grupo de investigadores de Estados Unidos ha creado el que indican es el primer procesador que hace uso de la luz, y no de la electricidad, para transmitir los datos.
Los ingenieros han conseguido meter 70 millones de transistores y 850 componentes fotónicos en un chip de 3 por 6 milímetros.
Aunque no se trata de un microprocesador «fotónico» en toda regla, el avance es notable. Sus elementos de entrada y salida óptica logran darle un ancho de banda de 300 Gbps por milímetro cuadrado, lo que supone un aumento que va de 10 a 50 veces lo que se logra tradicionalmente.
Este desarrollo podría revolucionar el futuro de los microprocesadores, y supone un paso muy relevante en el avance de estos componentes.
«Esto es un hito. Es el primer procesador que puede utilizar la luz para comunicarse con el mundo exterior», dijo Vladimir Stojanovic, profesor asociado de ciencias de la ingeniería y la informática eléctrica en la Universidad californiana de Berkeley, que ha liderado el desarrollo del chip.
Stojanovic y su compañero de la Universidad de Berkeley el profesor Krste Asanović se asociaron con Rajeev Ram del Instituto de Tecnología de Massachusetts y Miloš Popovic de la Universidad de Colorado para desarrollar el nuevo microprocesador.
Hasta ahora no se habían logrado integrar dispositivos fotónicos en los mismos procesos que se utilizan para fabricar los chips de ordenador, pero ahora lo han logrado y esa es la clave para poder implantar esta solución sin que los costes de fabricación se suban a las nubes.
«La ventaja de la tecnología óptica es que con la misma cantidad de energía puedes transmitir a unos cuantos centímetros, a unos cuantos metros o a unos cuantos kilómetros», afirma Chen Sun, uno de los egresados en física del profesor Stojanovic en el Centro de Investigación Wireless Berkeley.
En los sistemas de transmisión eléctrica tradicionales suele ser necesaria la inclusión de repetidores para regenerar esa señal, lo que a su vez hace necesario incrementar la energía necesaria y que se consume.
De momento se trata de un desarrollo preliminar en el que estos investigadores seguirán trabajando: el procesador tiene dos núcleos, mide 3×6 mm y no es especialmente potente, pero el margen de mejora es excepcional si pensamos en las posibilidades que ésto puede dar a la hora de transmitir grandes cantidades de información.
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