El observatorio IceCube consigue detectar neutrinos cósmicos.
El observatorio IceCube de la Antártida ha conseguido detectar neutrinos bajo el hielo. El hallazgo ha sido publicado en un artículo de la revista Science, en el que explican que se han registrado 28 eventos de partículas muy energéticas que se corresponden con neutrinos de aceleradores cósmicos.
«Esta es la primera muestra de neutrinos de muy alta energía que provienen de fuera de nuestro sistema solar, con energías de más de un millón de veces superiores a las observadas en 1987 en el marco de una supernova –SN 1987A– vista en la Gran Nube de Magallanes», subraya Francis Halzen, investigador principal del proyecto y profesor en la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU.).
“Este es el amanecer de una nueva era de la astronomía», señala el investigador, satisfecho de haber encontrado algo que los científicos llevaban buscando desde hacía mucho tiempo, especialmente para explicar el origen de los rayos cósmicos.
Las partículas de alta energía de los rayos cósmicos están cargadas eléctricamente, por lo que se desvían por los campos magnéticos y son muy difíciles de rastrear. Los científicos necesitaban un mensajero que no tuviera obstruido su viaje por el universo, una partícula que llegara hasta la Tierra desde distancias muy lejanas. Ahora parece que lo han encontrado: los neutrinos cósmicos son estos mensajeros.
Alrededor del año 2010 las observaciones de IceCube comenzaron a dar sus frutos, hasta que en 2012 llegaron las buenas noticias desde el polo Sur: el descubrimiento de dos neutrinos de altas energías a los que bautizaron como Epi y Blas (Bert y Ernie, en inglés).
Hemos conocido esta interesante noticia a través de la agencia Sinc.