Casa Brutale.

Un homenaje poético a brutalismo puro.

Una lectora de Cuentamealgobueno de Córdoba comparte con nosotros este curioso proyecto, una casa construida en pleno acantilado, que se funde con el mar Egeo.

La han diseñado los arquitectos Laertis-Antonios Ando Vassiliou (Haarlem, Países Bajos) y Pantelis Kampouropoulos (Grecia) y la han llamado «Casa Brutale», que encaja perfectamente en el poderoso estilo, basado en el hormigón, conocido como brutalismo.

Sus creadores imaginaron el concepto del edificio como un «homenaje poético a brutalismo puro» y para ello, incrustaron su casa brutalista de lujo en un acantilado, creando una estructura severa pero acogedora con unas vistas a la vez hermosas y aterradoras.

Esta pareja de arquitectos son los fundadores de OPA Works, plataforma abierta de arquitectura que crearon en el año 2014 y que tiene como objetivo «crear una red ampliable de profesionales expertos, capaces de asumir diversos proyectos de diseño y ofrecer productos de alta gama».

Definen su proyecto de Casa Brutale como «una traducción geométrica del paisaje».

Es una declaración desnudo en la simplicidad y la armonía de la arquitectura contemporánea. Es un espacio de vida camaleónica, creado para servir a su dueño y respetar el medio ambiente. Es la referencia invertida a Casa Malaparte, encerrada y protegido por la tierra tierna que ha acogido la civilización humana durante milenios. Se trata de un estudio completo de la estética, la estructura, la función y la ingeniería, que minuciosamente detallada, espera solamente su realización.

La luz penetra las superficies transparentes o semitransparentes de Casa Brutale, trayéndola a la vida. Los patrones de luz dinámicos acarician el hormigón desnudo con refracciones y sombras. El hormigón visto, o «brut beton», es la técnica de acabado que le dio el nombre tanto al brutalismo como a Casa Brutale. Tosca, sin pretensiones, monolítica, marcada por tablones de madera que se utilizan para moldear la pieza fundida.

Después de descender 50 escaleras hasta el Egeo, bajo la sombra de vigas de hormigón épicas, se llega a la entrada (también accesible por ascensor). La alta puerta giratoria de madera envejecida (con un eje de ¾ de vuelta) se abre a una impresionante vista al mar a través de la fachada de vidrio.

El espacio restante está desnudo, puro y simple; minimalismo en estado puro. Una mesa de comedor de hormigón colada se combina con bancos de hormigón, chapados de madera cálida. Curvas suaves esculpen la chimenea en la pared, junto a la banca.

Detrás de la mesa de comedor, la habitación de invitados se forma bajo una antigua losa Zoellner con una esquina de vidrio. Al lado de la habitación, hay un pequeño paso a los cuartos de servicio (trastero, cuarto de baño y WC).

La escalera interior consta de escalones finos de acero que permiten la continuidad óptica desde la cocina hasta la fachada de vidrio. La escalera conduce a la entreplanta, donde el dormitorio principal está expuesto a la misma visión sobrecogedora del Egeo.

La cama se echa de hormigón con acabados de madera, mientras que las paredes están cubiertas con espejo para mejorar el juego entre la luz y las sombras.