Rescate de perro atrapado en un canal de Los Ángeles.

Rescate de perro atrapado en un canal de Los Ángeles.

Hoy recordamos en Cuentamealgobueno une histórico rescate de un perro que se estaba ahogando en un canal de Los Ángeles, Estados Unidos.

El habilidoso bombero se tiró al canal desde un helicóptero para salvar al desesperado perro que luchaba contra la vida y la muerte tratando fallidamente de salir a flote por las deslizantes paredes del canal.

Lo más impactante del rescate, que según el cuerpo de bomberos que subió el vídeo duró en total una hora, fue que cuando el bombero se acercó al perro, éste, en su desesperación comenzó a morderle una y otra vez.

Vídeo: LAFD Technical Rescue, Dog Plucked from L.A. River –

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El bombero no se amedrantó por los mordidos del perro, que podía tener la rabia, pues su intención era salvarlo a toda costa. Así consiguió calmarlo y sujetarlo de forma segura para ser elevados en el aire por el helicóptero y llevado al puente que había más cercano.

Una vez que el perro estaba a salvo y a salvo, el bombero que lo rescató fue trasladado de urgencia al County USC Medical Center para curarle las mordeduras.

Como la parábola del sabio y el escorpión.

Este rescate es todo un ejemplo de dedicación y amor por los animales que recuerda a la parábola del sabio y el escorpión:

Una vez, en la India, un sabio paseaba, con su discípulo, al margen del río Ganges, cuando vio un escorpión que se ahogaba. Entonces él corrió, y con la mano, saco el animalito y lo trajo a tierra firme.

En aquel instante, el escorpión lo pico. Dicen que es un dolor terrible. La mano del sabio se hinchó. Así que él lo colocó en el suelo, pacientemente, el escorpión volvió al agua.

Y él, con la mano hinchada y aquellos terribles dolores, fue y lo saco nuevamente, y él discípulo lo observaba. La tercera vez que el trajo el escorpión, con la mano bastante hinchada y los terribles dolores, él lo colocó en tierra más distante.

El discípulo no soportó más aquello, y dijo: «Maestro, no estoy entendiendo. Este animal… es la tercera vez que mi señor lo retira del agua y de esta manera pica su mano. Mi señor debe estar sufriendo dolores horribles.»

Y él con la fisonomía plácida de las almas que conocen el secreto del bien, de aquellos que ya realmente conquistaron un territorio de amor y de renuncia en el corazón, que han visto las verdades celestes, se dirige hacia el discípulo y le dice: “¡Mi hijo, mientras que la naturaleza de él es la de picar, la mía es de salvar!”