La ingeniería verde se basa en el diseño, comercialización y uso de procesos y productos que sean técnica y económicamente viables, minimizando al mismo tiempo la contaminación y el riesgo para la salud y el medioambiente.

La ingeniería verde se basa en el diseño, comercialización y uso de procesos y productos que sean técnica y económicamente viables, minimizando al mismo tiempo la contaminación y el riesgo para la salud y el medioambiente.

Demede, una ‘spin-off’ de la Universidad Carlos III de Madrid, diseña y fabrica prototipos de plantas de gestión de residuos dedicadas a la investigación, y en concreto ha construido una que produce biogás a partir de residuos orgánicos.

Sus diseños están basados en los principios de la ‘“ingeniería verde”, que también aplican en el desarrollo de técnicas para la producción sostenible de grafeno o la síntesis de productos farmacéuticos. La ingeniería verde, explica la nota de prensa de la Universidad, se basa en el diseño, comercialización y uso de procesos y productos que sean técnica y económicamente viables, minimizando al mismo tiempo la contaminación y el riesgo para la salud y el medioambiente.

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El desarrollo más reciente de Demede, una planta piloto de digestión anaerobia de residuos orgánicos encargada por la Universidad de Cádiz, se va a utilizar para la investigación en el campo de la producción de biogás a partir de aguas residuales, lodos y residuos orgánicos procedentes de vertederos y estaciones depuradoras.

El sistema se basa en el procesamiento biológico que hacen ciertas bacterias en condiciones de falta de oxígeno y que convierte la materia orgánica residual en una mezcla de gases combustibles (monóxido de carbono, hidrógeno y metano). Estos gases pueden ser acumulados y utilizados posteriormente en la producción energética de calor y electricidad. “Este prototipo servirá para optimizar los procesos de aprovechamiento energético de residuos será un instrumento útil para solucionar el problema de gestión de residuos potencialmente tóxicos del entorno urbano, agrícola o ganadero”, explica el director de ingeniería de la compañía, Javier Roa Fresno.

Los 12 principios de la ingeniería verde, un código de buenas prácticas del diseño:
  • 1. Los diseñadores deben esforzarse por asegurar que todas las entradas y salidas de materia y energía sean tan inherentemente inocuas como sea posible.
  • 2. Es mejor prevenir la contaminación que tratar o limpiar el residuo ya producido.
  • 3. Las operaciones de separación y purificación deberían diseñarse para minimizar el consumo de energía y el uso de materiales.
  • 4. Los productos, procesos y sistemas deberían diseñarse para la maximización de la eficiencia en el uso de materia, energía y espacio.
  • 5. Los productos, procesos y sistemas deberían estar orientados hacia la “producción bajo demanda” más que hacia el “agotamiento de la alimentación”.
  • 6. La entropía y la complejidad inherentes deben ser consideradas como una inversión al elegir entre reutilizar, reciclar o rechazar como residuo final.
  • 7. Diseñar para la durabilidad, no para la inmortalidad.
  • 8. Satisfacer la necesidad, minimizar el exceso.
  • 9. Minimizar la diversidad de materiales.
  • 10. Cerrar los ciclos de materia y energía del proceso tanto como sea posible.
  • 11. Diseñar para la reutilización de componentes tras el final de la vida útil del producto.
  • 12. Las entradas de materia y energía deberían ser renovables.
Fuente: IIES.