«Hemos vuelto a nacer»

Elena San José, a las puertas del hospital de SantiagoEsta es la frase de Elena San José pasajera del tren de Santiago de Compostela que resume el sentir después de haber logrado sobrevivir al horror del tren siniestrado poco antes de llegar a la estación de Santiago de Compostela.

Elena viajaba, según relata el diario ABC desde Medina del Campo, en el último vagón del convoy junto a tres amigas rumbo a Ferrol para asistir el sábado a una boda. Las tres están vivas. Sintieron una «gran sacudida» y «todo cambió en décimas de segundo». Sintieron que el tren hacía un quiebro «diferente al movimiento normal de una curva»… y los coches volcaron. El suyo, hacia la derecha. «Sólo vi mucho ruido y polvo y, cuando se paró, nosotras cuatro tuvimos suerte y estábamos en el mismo sitio sentadas, aunque una de quedó atrapada. La libramos y vimos que había fuego en el último vagón, por lo que nos apresuramos a salir», afirmó ayer en declaraciones a Ical.

En el momento de huir, a causa del fuego, observaron un agujero, que «no parecía ni una ventana ni una puerta», y salieron por allí, no sin antes intentar ayudar a algunos de los heridos. «Saltamos las vías y unos terraplenes. Cruzamos y no había salida y, gracias a la ayuda de los vecinos pudimos, salir con cuerdas para saltar», recuerda ya más tranquila, pero con el susto aún en el cuerpo. Justo en ese momento llegaron los bomberos. Elena admite que «tardaron muy poco, menos de 20 minutos».

Elena nunca olvidará este día. Recuerda que cuando el tren se detuvo sólo vio «amasijos de hierro, parecían escombros». En ese vagón había cinco personas atrapadas. «Intenté levantar a dos, pero era imposible y como había fuego salimos por el agujero», explica con voz cansada. Es un instante en que «pierdes la noción de la dimensión del espacio», apunta. «Al estar volcado el vagón no se sabe si estás de pie o en que posición», añade. Al subir a la parte superior de la vía férrea, recuerda que un vecino se dirigió a ellas y se ofreció para trasladarlas en coche, porque una de las amigas «no podía respirar». Cuando ya estaban sobre el puente, asegura que echó la vista atrás y vio que se trataba de una curva «bastante pronunciada que el tren cogió muy rápido».

La pasajera más joven del tren salvó la vida junto a su familia.

La pasajera más joven del tren Alvia, Teresita Jazmín de tan sólo un mes, llegó a su hogar con toda su familia, que salió con sólo magulladuras del accidente.

La familia superviviente, Daniel Carlos Castro, Jessica Castañé, el pequeño Carlos y la pequeña Teresita Jazmín

La familia superviviente, Daniel Carlos Castro, Jessica Castañé, el pequeño Carlos y la pequeña Teresita Jazmín

Daniel Carlos Castro y Jessica Castañé son los padres de una familia normal, salvo porque los cuatro integrantes viajaban en el tren Alvia que descarriló el pasado miércoles y todos han sobrevivido. Ambos son los padres de la pasajera más joven que iba a bordo del tren, Teresita Jazmín, de tan sólo un mes. Finalmente, ambos han conseguido llevar sana y salva a su hija hasta su casa en Ferrol después del que seguramente ha sido el viaje más difícil de sus vidas.

Los cuatro miembros de la familia ya están en casa y sólo han sufrido algunas magulladuras. La pequeña Teresa ni siquiera tiene un rasguño. Dos días después de la tragedia, Daniel, Jéssica, Carlos y Teresa celebran que están vivos. El vagón en el que viajaba la familia fue uno de los menos perjudicados. Sin embargo, el anterior quedó destrozado.

El impacto les dejó aturdidos, pero los gritos les despertaron. «Escuché primero a mi hijo gritando por la madre y le cogí de la mano. Cuando mi mujer nos escuchó, ella también gritó», recuerda el padre. Daniel sacó primero a su hijo Carlos que se encontraba muy desorientado. Su obsesión era no separarse de él. «Le dije que se quedara donde yo lo viera porque si se lo llevaban en otra ambulancia, iba a ir a otro hospital», explica.

Después, volvió a por Jéssica, que no soltaba a su hija pequeña. Ahora, de esos momentos les quedan imágenes que tardarán mucho tiempo en borrar de su cabeza, pero sobre todo, la sensación de haber sido muy afortunados.

Fuente: ABC.

En memoria de las víctimas del accidente ferroviario de Santiago de CompostelaEn memoria de las víctimas del accidente de tren.