Les recuerdo qué es mi verdad, tu realidad puede ser muy distinta a la mía, sólo te invito a tomar lo mejor de estos videos.

No soy una oradora profesional, procuro en lo posible mantener la pulcritud en todo lo que hago, sin embargo, en algunos momentos las emociones me pueden llevar a decir algo que quizás no coincida con algunas opiniones, pero creo que eso también es válido, pues la diversidad de opiniones son una oportunidad para crecer y aprender. Te invito a tomar mis experiencias con el mismo Amor con que te las entrego, pues cada experiencia está marcada con un sentimiento.

Existe un fragmento del libro “El Profeta” de Khalil Gibran que dice: Nunca digas; “he hallado la verdad” sino más bien; “he hallado una verdad”.

Sé del valor que puede tener esta información para una persona que le haya tocado vivir el duro desafío de enfrentar una enfermedad como el cáncer. Por tal razón, «No» aspiro tener grandes reconocimientos ni halagos por mi atrevimiento de publicar mis vivencias, y si algo deba aspirar, me conformo con un modesto respeto de todo aquel que pueda comprender lo que significa transitar estos caminos y lograr compartirlos con otros.

Gracias amigos por el precioso tiempo que me dedican. Ustedes son mi motivo de inspiración para atreverme a publicar, sin ustedes lo que escribo y publico no tuviese sentido. Que Dios los bendiga.

Estaba moribunda, mi cuerpo estaba enfermo y débil, pero por muy curioso que parezca, había una felicidad que permanecía incluso cuando todo parecía ir mal. Ya no sabía qué iba a pasar, si iba morir o vivir, de cualquier modo ambas cosas de pronto, me dejaron de preocupar.

Luego de haber compartido mi testimonio con otros sobrevivientes, me sorprendí al darme cuenta el cómo coincidíamos con cierta certeza que esa felicidad nacía desde el mismo momento que nos rendimos a un sentimiento de gratitud por el simple hecho de estar vivos.

«Por un tiempo estuve confundida, algo perturbada, pensé que quizás moriría pronto, sólo deseaba disfrutar lo poco que me quedara de vida, lo que me llevó a tomar una decisión importante, renunciar a mi pierna, ya había pasado mucho tiempo que no la sentía y asumí que mi pierna había muerto.

Sí, lloré y lloré, sentí rabia, al tiempo, me entregué a un profundo silencio, mis pensamientos se fueron aquietando y pese a los dolores comencé a sentirme serena.

Inmovilizada en mí cama trataba de mirar por la ventana, sentía una brisa fresca y el sol resplandecía, por primera vez en mucho tiempo me sentía ligera, sin cargas y sin sentimientos de culpas, era una sensación de plenitud, una paz inexplicable que me había cautivado y me invitaba a Vivir la vida. Estaba moribunda, mi cuerpo estaba enfermo y débil, pero mi alma estaba renaciendo.

«El bien y el mal viven dentro tuyo, alimenta más al bien para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse. Lo que llamamos problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es en vano». — Facundo Cabral.

A las personas que amo, sencillamente las amo, no por su aspecto físico, por lo mucho o poco que tengan. A las personas que amo para mí siempre serán hermosas hayan cambios en sus cuerpos o no, mi amor por ellos nunca cambiará.