2ª Campaña Solidaria en el que personas con discapacidad intelectual han diseñado la primera etiqueta que ayuda.

La compañía española de dulces y confitería Miguelañez y la Fundación Carmen Pardo-Valcarce han lanzado la segunda campaña solidaria «Sonrisas Dulces«, en la que por primera vez, las personas con discapacidad intelectual diseñan y protagonizan la imagen de una campaña solidaria que demuestra que están preparados para incorporarse al mercado laboral en muy diversos ámbitos.

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http://www.youtube.com/watch?v=yqASx588hZY

Trabajadores con discapacidad intelectual de la Fundación Carmen Pardo-Valcarce han participado activamente en una campaña redonda, diseñando la etiqueta del Jellypack solidario, protagonizando el spot y envasando el producto.

Abel protagonista del spot de Sonrisas DulcesEl objetivo es «ROMPER ETIQUETAS» y fomentar la inclusión laboral de personas con discapacidad intelectual como Abel Loureiro, protagonista del spot: ellos no sólo pueden ocupar puestos de trabajo en muchos campos, sino que además aportan un valor extraordinario a las empresas, como la motivación, alegría y creatividad.

Y parece ser que se ha conseguido, ya que esta campaña ha obtenido el respaldo de más de 100.000 internautas que ya «han roto etiquetas» en favor de la inclusión laboral de las personas con discapacidad intelectual. A través de la web sonrisasdulces.com, son ya más de 130.000 personas las que han visto el spot en el que se narra un día en la vida de Abel, trabajador de la fundación, con el objetivo de «eliminar barreras y fomentar la participación en la sociedad de las personas con discapacidad intelectual».

Migueláñez ha destinado 10 céntimos del importe de cada uno de ellos a la Fundación Carmen Pardo-Valcarce. La fase de recaudación benéfica de la campaña finalizó el pasado 6 de enero y, a finales de este mes de febrero, Migueláñez entregó un cheque por importe de 19.050,70 Euros recaudados gracias a las visitas a la web y a la venta del ‘Jellypack’ solidario.

Miguelañez entregando el cheque a la FundaciónEl importe será destinado a financiar programas de inserción laboral de personas con discapacidad intelectual. Además, como colofón a la campaña, gracias a un acuerdo de colaboración con Migueláñez, la Fundación Carmen Pardo-Valcarce ha contratado a 20 trabajadores con discapacidad intelectual para envasar algunos de los productos de la marca madrileña.

El jellypack de la campaña es similar a los tradicionales de la marca pero con la particularidad de que la etiqueta estaba diseñada por personas con discapacidad intelectual de la ‘Oficina de Ideas Creativas Wywlab’ de la Fundación Carmen Pardo-Valcarce, además de estar envasado también por trabajadores de la fundación.

En el último trimestre de 2010 Migueláñez ya puso en marcha la I Campaña Sonrisas Dulces en beneficio de la Fundación Theodora. Durante la campaña Migueláñez puso a la venta el «jellypack solidario». Las ventas de este producto y la participación de la sociedad transmitiendo la campaña solidaria consiguieron sufragar cientos de visitas de los Doctores Sonrisa a los hospitales.

La primera campaña se complementó con un spot que pretendía sensibilizar a la sociedad sobre la situación de los niños enfermos y solicitar su colaboración. El spot fue visto por más de 1 millón de personas en Internet durante el tiempo que duró la campaña, que recibió entre otros, el Premio Áster Marketing y Valores.

Sobre La Fundación Carmen Pardo-Valcarce

Fundación Carmen Pardo ValcarceLa Fundación Carmen Pardo-Valcarce fue creada en 1948 con el objetivo de eliminar barreras y fomentar la participación en nuestra sociedad de las personas con discapacidad intelectual.

En torno a esta visión ha ido creciendo tanto en número de personas atendidas, como en la variedad de recursos ofrecidos, buscando un entramado que permita tender puentes para que las personas con discapacidad intelectual estén cada día más presentes en nuestra sociedad, haciéndola además, más rica y diversa.

La fundación es titular, entre otros, de un centro ocupacional para favorecer la inserción laboral como medida de normalización para los jóvenes con especiales dificultades. Autorizado y concertado con la Comunidad de Madrid, ha formado a cantidad de personas con discapacidad intelectual entre los dieciocho y los sesenta y cinco años, en diferentes talleres profesionales (viveros, manipulados de clasificación, lavandería, carpintería, decoración, pintura, automóviles, floristería, etc.).

Además, cuenta con centros ocupacionales encaminados a lograr la incorporación al mundo del trabajo ordinario de los jóvenes con discapacidad intelectual. Los Centros Especiales de Empleo están formados por una plantilla integrada en un noventa por ciento por personas con minusvalía oficialmente reconocida. En la actualidad, hay contratados cerca de cien empleados con discapacidad intelectual o física. Todos ellos disfrutan de sus derechos como trabajadores.

Los ámbitos de actuación de la Fundación se han ido extendiendo con los años, de manera que, desde 2002 cuenta con una Vivienda Tutelada Pardo-Valcarce para aquellas personas discapacitadas que, bien por carecer de un recurso familiar de alojamiento o bien por querer acceder a una vida más autónoma, deciden solicitar una plaza en estos pisos. Además, ha creado un Centro de Día «Diem» (discapacidad intelectual y enfermedad mental) pionero en la Comunidad de Madrid que acoge a usuarios de ambos sexos afectados por discapacidad y trastornos de conducta con objeto de lograr su rehabilitación psicosocial mediante innovadoras prácticas terapéuticas.

Más información en: http://www.pardo-valcarce.com y en http://www.sonrisasdulces.com.