PSICOLOGÍA
Postura corporal y poder
Colocar las manos tras la cabeza o los pies sobre la mesa, son posturas corporales que modifican nuestros niveles hormonales haciéndonos sentir más fuertes, poderosos y «atrevidos». Contraer el cuerpo y doblar los brazos sobre el tronco, por el contrario, nos «debilita». «Esta es la primera demostración científica de que las posturas corporales pueden afectar a nuestra fisiología», indica Amy J.C. Cuddy, de la Escuela de Negocios de Harvard (Harvard Business School –HBS) y responsable del estudio. Los investigadores pidieron a 42 sujetos que mantuvieran determinadas posturas durante dos minutos. Así, la mitad de los voluntarios permanecieron un minuto sentados en una silla con el cuerpo estirado, las manos tras la cabeza y los pies descansando sobre el escritorio; y otro minuto de pie, ligeramente inclinados sobre una mesa, con las palmas de las manos apoyadas sobre ella. El otro grupo puso a prueba dos posturas distintas: sentados en una silla con los brazos cruzados y las manos dobladas, y de pie con los brazos y las piernas cruzadas con fuerza. Al finalizar la prueba, Cuddy y su equipo tomaron muestras de saliva para medir los niveles hormonales de los probandos. De esta manera comprobaron que en el primer grupo los niveles de testosterona aumentaron (19%), mientras que se redujeron los niveles del cortisol (hormona del estrés que, entre otros efectos, causa pérdida de memoria y reduce la eficacia del sistema inmune). En el segundo grupo, la postura tuvo justamente el efecto contrario. Asimismo, en pruebas posteriores, los científicos comprobaron que las personas con más niveles de testosterona se sentían más fuertes, con “más energía” y estaban dispuestos a asumir más riesgos que sus compañeros.
“Puesto que la gente sólo tiene que mantener tales posturas durante un período muy corto de tiempo para observar un cambio hormonal, los resultados pueden tener un gran efecto sobre cómo las personas pueden controlar lo que sienten”, indica Cuddy. Y añade: “me gusta la idea de que una postura pueda modificar en cuestión de minutos la fisiología y psicología de quienes se sienten débiles”.
Fuente: Psiquiatria.com y The Harvard Crimson
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Artículo enviado por Antonio.